Comprar una vivienda es una de las mayores inversiones de la mayoría de los ciudadanos, por lo que es muy recomendable sopesar bien el tipo de casa que se quiere. Es importante saber dónde está ubicado el inmueble, si necesita reformas o no o qué impuestos hay que pagar. Actualmente la vivienda usada es más barata que la nueva y soporta impuestos menores pero la obra nueva no necesita reformas.
Puntos clave para facilitar la toma de decisiones:
• La situación del inmueble es quizás el factor que más determina su precio y el estilo de vida del futuro comprador. Las viviendas de obra nueva suelen estar situadas en la periferia.
Las viviendas de segunda mano suelen encontrarse tanto en el centro de las ciudades como en zonas más alejadas, pero normalmente son zonas más consolidadas y con más servicios.
• Precio de la vivienda. En las viviendas de segunda mano el precio de compra suelen ser más bajo.
Mientras que la vivienda de obra nueva puedes estrenarla, la vivienda de segunda mano a veces necesita un presupuesto adicional para reformas. La ventaja es que se puede adaptar la vivienda al gusto y necesidades del comprador, pudiendo incluso planificar la reforma en diferentes periodos.
• Tamaño. Tradicionalmente, las viviendas de segunda mano han tenido estancias con un tamaño mayor que en la obra nueva.
Por su parte, en la obra nueva se pueden encontrar distribuciones y usos más atractivos, como habitaciones tipo suite con baño incorporado o armarios empotrados.
• ¿Cuándo puedo entrar a vivir? En las viviendas de obra nueva puedes entrar a vivir en un breve espacio de tiempo. En cambio, en las viviendas de segunda mano puedes contar con tiempo para planificar una reforma y ejecutarla a tu gusto, incluso ya viviendo en el inmueble.
• Impuestos. En España, los inmuebles nuevos están sujetos a un 10% de IVA mientras que los de segunda mano soportan el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) cuyo tipo abarca del 3% hasta el 8% dependiendo de la comunidad autónoma y la cuantía de la vivienda.
En el caso del IVA, este también varía en función de la tipología de la vivienda. La vivienda libre soporta un 10% del importe escriturado, mientras que en las viviendas de protección oficial de régimen especial y viviendas de protección oficial de promoción pública se sitúa en el 4%.