Comprar una vivienda usada a reformar frente a una nueva es casi un 14% más barato que en 2017.
Las viviendas que necesitan una reforma son más baratas que las de obra nueva.
La trayectoria del precio de la vivienda ha pasado de la recuperación a la consolidación, cuestión que ha sabido reconocer buena parte de los compradores, que actualmente se plantean invertir en vivienda en previsión de más incrementos.
A la hora de realizar esta adquisición, muchos se preguntan si es mejor comprar una vivienda de obra nueva o una de segunda mano necesitada de reformas.
Lo más rentable es invertir en propiedades de segunda mano, ya que suponen un ahorro importante y la diferencia se puede emplear en la puesta a punto de la vivienda en pequeñas reformas u obras parciales.
Respecto a 2017, destaca el hecho de que el precio de la vivienda tipo de obra nueva cerró el año pasado con un incremento del 5%. Esta subida fue del 3,31% el año en 2016. En cuanto a la vivienda usada por reformar, esta ha experimentado un repunte del 1,77% en 2018 frente al 0,17% de 2017. En este sentido, es importante señalar que el presupuesto para reformas después de la compra también ha crecido, siendo un 2,6% mayor en comparación con el año anterior. En este sentido, el precio de una reforma integral también ha subido un 40,7%.
La vivienda de segunda mano representa un gran ahorro para el bolsillo de los potenciales compradores. A pesar de que las grandes reformas imponen por el tiempo y los recursos que implican, animamos a todos los propietarios a perder el miedo a iniciar obras en casa, ya que los inmuebles se revalorizan de una forma importante.