Cada vez es más común entre los propietarios realizar obras secas, una tendencia que utiliza materiales que pueden incorporarse directamente a un sistema de montaje.
Cada vez es más común entre los propietarios realizar obras secas, una tendencia que utiliza materiales que pueden incorporarse directamente a un sistema de montaje, ya que van pegados, clavados o encastrados y que resulta más económica que una reforma integral. En concreto, este tipo de cambios rondan los 3.000 euros en una vivienda tipo.
La reforma integral oscila entre los 300 y los 400 euros por metro cuadrado.
Por el contrario, la reforma integral oscila entre los 300 y los 400 euros por metro cuadrado. En lo que respecta al cambio del suelo, la opción más barata según Habitissimo es apostar por suelo vinílico en clic o linóleo autoadhesivo. De igual modo, las modificaciones en la distribuciones se llevan a cabo de manera más fácil a través del uso del pladur.
Fuente : Nueva Tribuna