Obsesión para algunos y sueño inalcanzable para otros, mantener la casa limpia no es imposible. Se necesitan, eso sí, algo de esfuerzo, un poco de organización y hacer valer aquello de “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. A veces, algo tan sencillo como un pequeño cambio de hábitos puede hacer milagros.
No dejar las cosas en cualquier sitio
Dejar el bolso y el abrigo sobre una silla al llegar a casa, el libro sobre el sofá antes de acostarte, esos papeles que tienes que archivar encima de la mesa, los juguetes de los niños en el suelo cuando se acuestan… Ir dejando cosas sin guardar a lo largo del día supondrá un trabajo extra cuando haya que ponerse a limpiar. Recoger en cada momento lleva unos segundos, la casa se verá mucho más ordenada y tardarás mucho menos en la limpieza.
Y lo mismo ocurre con la ropa recién lavada: nada de dejarla sobre la lavadora para recogerla o plancharla más adelante. Lo mejor es planchar y guardar enseguida. Si se acumula, se arrugará más, se amontonarán montañas de prendas y el trabajo después será mucho más costoso.
Usar cajas de almacenaje
Limpiar el interior de armarios o encimeras puede suponer un trabajo titánico y, por ello, se va postergando. Todo será más fácil si se guardan los objetos más pequeños en cajas o cestas de almacenaje. Estarán mejor organizados, localizarlos será más sencillo, no almacenarán polvo y, a la hora de limpiar, todo será mucho más rápido, levantar ¡y listo!
Dar un repaso al baño
Sin duda, es la estancia que mayor limpieza exige y, a veces, la que más trabajo da. Pero todo será mucho más fácil si después de la ducha pasas un paño por la mampara, espejo, grifos y lavabo. Así evitarás que la cal o salpicaduras se acumulen en ellos, el baño, dará siempre una imagen de pulcritud y será mucho más fácil limpiarlo en profundidad.
Recoger la cocina
Si mientras cocinas vas retirando cacharros de la encimera o fregando aquello que ya no vas a usar, ganarás tiempo. Y, para evitar que el suelo se manche mucho, nada como una alfombra en la zona de los fuegos.
Otro consejo: después de desayunar o comer, recoge los cacharros y limpia la encimera. Lleva cinco minutos, pero evitará que se acumulen y que la cocina dé una sensación de desorden y suciedad.
Aspirar la casa
Pasar la aspiradora lleva cinco minutos, y hacerlo de vez en cuando impedirá que el polvo campe a sus anchas por la casa y acabe metiéndose por todos los sitios: bajo la cama, dentro de los armarios o debajo de ellos. Ene se sentido, las escobas eléctricas son perfectas porque son muy manejables y ocupan muy poco.
Otros pequeños consejos
Hay otros sencillos hábitos que también ayudan mucho a mantener la casa limpia y en perfecto estado de revista para “visitas inesperadas”: hacer la cama después de levantarse, ventilar bien para evitar olores, retirar objetos decorativos de los muebles, aprovechar cuando el frigorífico está vacío para darle una pequeña pasada o marcarte una rutina de limpieza semanal.
Sigue estos consejos y comprobarás que mantener la casa siempre limpia es mucho más sencillo de lo que pensabas. Ten en cuenta que si dejas que la suciedad se acumule y el desorden se imponga te dará mucha más pereza ponerte a recoger, así que lo mejor es evitarlo y, como has visto, no es tan complicado.