Las previsiones para este año 2018 apuntan a que la compra de vivienda se incrementará entre un 5% y un 7%
La ubicación, el estado del edificio, la oferta y demanda de la zona, la superficie o la orientación son, ahora mismo, los factores determinantes para calcular el precio de un inmueble a la hora de venderlo.
Sin embargo, no podemos olvidar que el estado en el que se encuentre la vivienda en el momento de colocar el cartel de “Se vende” también afectará al calculo de su precio de mercado.
Uno de los aspectos más valorados a la hora de buscar vivienda es el espacio y el número de habitaciones. Acciones como tirar tabiques, quitar o añadir habitaciones, deshacerse de pasillos demasiado largos o colocar los muebles de tal manera que aporten sensación de amplitud convertirán cada metro útil en un espacio realmente utilizable.
Con esto no solo se reduce el tiempo de venta, sino que al valor de tasación se añadiría el coste de la reforma más un beneficio de entorno al 10%.
“La demanda de vivienda en España. Análisis de la capacidad financiera”, un 20% de los futuros compradores buscan viviendas comprometidas con el medioambiente. Por ello, habrá que considerar pequeños cambios como una caldera más eficiente o detectores de presencia para la iluminación, así como apostar por otros de mayor inversión como la instalación de paneles solares, implantación de tecnologías inteligentes o el aislamiento térmico en muros y ventanas.
Las primeras impresiones según los expertos, nos dicen que el futuro comprador se decide por una vivienda durante los siete primeros segundos, por lo que la primera impresión deberá ser impecable: estancias recién pintadas con colores neutros, espacios de almacenaje, decoración moderna, iluminación cuidada, ventanas con cortinas y persianas abiertas…
Es recomendable sustituir las ventanas antiguas de vidrios simples por otras con mejor comportamiento acústico y térmico. El doble acristalamiento es, ahora mismo, uno de los aspectos más valorados en este sentido.
Igualmente, las puertas y los armarios empotrados son los elementos que más sufren en el hogar por el uso diario, por lo que el deterioro es más perceptible.
En el caso del suelo, es recomendable pulir la superficie o apostar por su renovación con tarima, parqué de clic o vinilos de imitación a madera o gres.
Los baños y la cocina son los dos puntos críticos a la hora de valorar una vivienda. En el primer caso, si el inmueble tiene más de dos habitaciones se recomienda tener dos baños como mínimo.
En este contexto, aunque la actualización completa puede ser un gasto excesivo, cambiar la cortina de la ducha, el espejo o los grifos, así como sustituir la bañera por una práctica ducha, aportará una mejor imagen y más valor a la tasación final.
Respecto a la cocina, se recomienda renovar elementos como el suelo, los azulejos o los electrodomésticos.