Cómo vender tu casa con tus hijos dentro

¿Aspiras a un cambio de vida? ¿Quieres empezar de cero y deshacerte de tu casa y de tus hijos de manera rápida y efectiva? Aquí tienes unos cuantos consejos de nuestros expertos para que logres vender tu vivienda con tus hijos dentro.

  1. CALLADITOS DURANTE LA VISITA.

Sobra decir que la casa debe lucir impecable el día en que la visiten los primeros interesados. Abre bien las cortinas para que entre la luz y perfuma cada rincón. Y

tus hijos, que estén muy calladitos para que la atención no recaiga en ellos en ningún momento. Una bolsa de golosinas los entretendrá y los mantendrá con la boca llena. NO LES DIGAS QUE ESTÉN CALLADOS, SERÁ PEOR. Procura que estén distraídos y no pasará nada.

  1. SACA PARTIDO AL ESPACIO.

La primera impresión que provoque la casa a los interesados dependerá en gran medida del espacio. Procura despejar el salón apartando los trastos, potenciar las zonas amplias, encerrar a los niños en el armario empotrado.

 

  1. LA VERDAD POR DELANTE.

La confianza es la base de cualquier transacción comercial fructífera. Si el potencial comprador percibe que mientes, fracasarás. En la descripción del inmueble, sé sincero y no dudes en usar expresiones como “piso céntrico, co

n tres habitaciones, una de matrimonio y dos para los niños”. YA ESTÁ, LO HAS DICHO. Has indicado cuántas habitaciones tiene el piso y que hay niños en él ocupando dos de las tres habitaciones.

  1. TODO INCLUIDO. TODO.

Tienes que repetir varias veces que en el precio de venta está todo incluido. Insiste en que no hay que amueblar nada, en que no hay que sufrir las estresantes visitas a Ikea y luego, así bajito, deja caer que tampoco hay que pasar por la fase de los biberones a las tantas. La frase clave es “para entrar a vivir”. Y otra frase clave es “ideal parejas”.

  1. LA CASA ES MUY ALEGRE PORQUE INCLUYE LA ALEGRÍA DE LA CASA.

Da igual si la vivienda no tiene unas vistas espectaculares. Da igual si no es especialmente luminosa. Hay que transmitir que es una vivienda muy alegre. Y no faltarás a la verdad, pues viene equipada con la alegría de la casa. También puedes referirte a tus hijos como “centro de entretenimiento con equipo de sonido de alta definición”. Los ves y los oyes como si estuvieran allí. Porque están allí. Y tú ya no porque se los has endosado a otro, campeón.

 

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